martes, 10 de enero de 2017

Sonrisa

A los cuarenta años Sofía se casó.  Su corazón solitario y sombrío, se llenó de luz cuando conoció a  Ricardo, un hombre que no había soñado en su  vida, pero era el mejor  que había conocido, sus detalles y su sonrisa la encandilaron.

Después de muchos años construyó su  hogar, ahora estaba dispuesta a aprender a ser una mujer, a sacrificarse  para llegar a la felicidad  familiar.  Sin embargo, el sino se encargó de regalarle brevemente  aquellos  momentos y llevarse  a Ricardo. Sólo en el rostro de su  pequeña hija encontró consuelo y esa cálida sonrisa que tanto amaba.

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